domingo, 21 de febrero de 2010

IV

ESPECTÁCULOS SUBLIMES

Un atardecer en una carretera cualquiera.

Las nubes a las seis quince de la tarde.

Una noche a tu lado.

Hacer el amor contigo.

La luna vista desde tu ventana.

Una ola repitiéndose infinitamente.

El ruido del mar embravecido.

Una luna sonriéndole al amante.

Mi mano delineando tu cuerpo.

Mi boca besando tu sexo.

Mis labios diciendo tu nombre.

Nuestras manos entrelazadas en un murmullo.

Nuestros labios besándose sin hacerse daño.

El cielo estrellado en Oaxaca.

Escribir un verso en tu cuerpo desnudo.

Llorar después de un orgasmo.

Ver tu cuerpo iluminado después de una muerte exquisita.

Ver las luces de la ciudad desde tu tejado.

Escuchar el rocío de la mañana en tu mano izquierda.

Percibir tu infancia en tus ojos abiertos y somnolientos.

Caminar a tu lado mientras un saxofonista toca a media calle.

Mientras las campanas de la iglesia nos contemplan

y un cristo ensangrentado llora.

Tu mano acompañada de la mía una noche de verano.

Tocar el faro en el océano.

Fotografiar tu alma y revelarla en mi cuarto oscuro inexistente.

Subir una montaña y gritar tu nombre en lo alto.

Correr sobre la carretera de Gerona mientras llueve.

Nadar en una presa en la isla de la juventud.

Dormir en la habitación de la reina en León

y caminar Sevilla.

Llorar en Salamanca y gritar en Plasencia.

Comer hielo milenario en la Patagonia.

Pensarte al despertar sobrevolando Zaragoza.

Besarte al estar en Buenos Aires.

Levantarte la falda en Zamora.

Caminar por mi pueblo y escuchar el susurro de Salvatierra.

Tomar al viento de la mano y volar por Veracruz.

Guardar una media luna enrojecida.

Tomar un puño de arena en Antigua.

Tomar agua marina en Quiahuiztlán

Escribir tu nombre en una nube desde una duna en Chachalacas.

Los dedos de Dios cruzando las nubes y llegando al bosque.

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