lunes, 13 de septiembre de 2010

El malecón de Cuba

En el puerto de cuba, hay un malecón en el que se refleja la luna y los visitantes van a ella como si los llamara un imán.
Ese malecón siempre está lleno de gente, gente sola con ganas de conocer personas que les digan cómo es allá afuera, qué hay. El mar de testigo mudo, el mar y sus guerras, el mar y su grito y su canto indulgente.
Personas con enormes sonrisas esperando salir y cantar y bailar. Sueñan con saltar el malecón mientras yo me grabo el sonido del mar para regresar en días citadinos e inesperados y sonreír como el nativo, cantar y bailar en medio del hambre.
Quiero ir al Caribe, quiero ir al mar en luto, quiero nadar en medio del manglar cubano y reír con ellos de simplezas, quiero tomar ron a granel y jugar dominó por las tardes y leer poesía con una mujer llamada Legna y Yara una blanca y la otra morena y bailar con Sadiel y con un bailarín que bien pudo ser el de mis sueños.
No hay más, llegar a Cuba es tocar el cielo, pero no hablo de esa Cuba de la que hablan los que no conocen sino de esa que conozco de día y de noche y de tardes melodiosas como esta.

ultimos textos

Quiero pensar en tus largas piernas
y en tus largos brazos rodeando mi cintura.

Quiero pensar en tus piernas abriéndose
para mis sentidos mientras
me hundo en el abismo de tus senos.

Quiero pensar en tu sonrisa camaleónica,
en tu mirada excitante,
en tus manos tomando mi cara
para ahorcarme con tu lengua
y arrancarme las entrañas
con tus blancos dientes.

Sé que tú eres mi demonio.
Sé que tus piernas son lazos que me presionan
y tus brazos son cuerdas que se estiran
para que me entrelace entre tu cuerpo
y mimetice mi lengua con la tuya por medio de fuego.

Tú, mi mar calmando las brasas de mi boca.
Tú mi infinito amor.
Tú mi calma, mi remanso de paz.
Tú, mi ángel malvado.
Tú, mi Satanás de blancas alas.
Tú, mi Lucifer de dientes puntiagudos
para marcar mi llano cuerpo.
Tú, mi diablo, Mefistófeles traído
del infierno para morderme el cuello,
abrirme las piernas y gritar mi nombre.
Tú, imagen perversa que presiente mi llegada a media noche.
qué hacer contigo alma infernal que me enamora.

Una vez más en la cama tú y yo.
Tus brazos recogiendo los míos de la tierra.
Tus ´piernas entrelazándose con las mías en el aire.
Tu boca mordiendo la mía.
Tus dientes diciendo mi nombre.
Tu susurro suspirando en mi oído.
Tu sexo uniéndose al mío.
Nuestras almas contemplando el caer de la tarde.

La noche cayendo en tu espalda.
La luna subiendo por tus nalgas.
La lámpara descubriendo tu sexo en medio de tus piernas.
Tus ropas cayendo al suelo.
Tu nombre subiendo por el techo.
Tus caricias en mi espalda.
Tus besos en mi cuello.
Tu desnudez llena el vacío de mi cuarto lleno de cielo y sin paracaídas.
Tu música inunda mis sentidos.
El olvido se hace presente,
la nada llega y sólo se encuentra tu piel y la mía.

Tu lengua me enmudece.
Tus ojos me hipnotizan.
Las palabras de amor caen lentamente sin decirlas.
Tu cara vuelve hacia la nada cuando digo tu nombre con cariño.
El amor deambula.
Tus pies salen corriendo al hablarles de amor.
Tu ombligo se esconde de mi boca.
Tu sonrisa se confunde con la mía.

Soy la voz que grita cuando la miras.
Soy de papel cuando me acaricias.
Soy de cristal cuando me besas.
Soy de mar cuando me haces tuya.
Soy río cuando me observas,
y cuando acaricias mi cara soy cascada yendo hacia ningún lugar.

Nuestros cuerpos hablan de nuevo al estar juntos,
la nada se esfuma y los traidores callan.

































Lanzo preguntas al viento,
nadie contesta,
estrangulo a una hormiga,
escucho el canto de una mujer adolorida,
cruzo las piernas,
un hombre es crucificado,
dos más son acusados,
mi madre envejece,
el paso de los años los siento en mis ojos,
tu corazón se entristece,
tus manos preguntan,
tus piernas flaquean,
mis pasos son lentos,
sus voz me perturba,
sus ojos dicen más que su llanto,
las hojas bailan con el viento,
un vagabundo me pregunta la hora,
¿Para qué?




































Vi a una mujer orinando en la calle,
tal vez debería hacer lo mismo contigo,
orinarte en la cara,
no como fetiche, sino como insulto
para demostrarte mi odio y mi rencor.

Vi también a una prostituta parada
en un semáforo,
pensé en ti de la misma forma,
vendiéndote debajo de la noche,
frente a los coches,
frente a la mierda de la gente,
lejos de tu madre,
lejos de mi abrazo,
de mi mirada taciturna
y desgraciada,
lejos de mi soledad,
de mi tristeza,
de mi vida,
llena de nada,
llena de ti sin mí,
llena de poesía,
llena de silencio,
llena de locura.





























Uno
Águila degollada
Anastasia abandonada
Lucas desamparado
Casi percibo tu olvido
Casi me abandonas
Casi caigo en tu ruina
Eres la amazona de mi selva
Eres ahora parte de mi pasado
Eres parte de mi tumba
Deja ya de devorarme
Deja ya de complacerme
Deja ya amor despiadado de flagelarme
Toda tú eres una inconsciente
Toda tú eres ahora mi olvido
No digo tu nombre para no hacerme más daño
Mil versos te hice para nada
Para que al final dijeras ya no quiero
ser parte de tu presente
te regalo mi amistad
pero cómo voy a aceptarlo
pero cómo puedo verte ahora diferente

No puedo
No puedo

Tus ojos siguen diciendo mil versos a mi oído
Tus manos siguen diciendo mi nombre
Tus pasos te llevan a otro sitio que no es mi regazo

No puedo
No puedo
Dime cómo le has hecho para olvidarme
Para que las calles no dijeran más nuestros nombres
Para que el centro no te lleve al abismo
Yo no he podido
El olvido no es parte de mi esencia
El odio no es algo que tú provoques
Pero al despedirnos
Al despedirte tú
Porque yo no lo hice
Yo sigo estando en esa misma banca abandonada
Débil
Sola
Desamparada
Yo sigo frente a ti
Con diagramas de por medio
Yo sigo en medio de una plaza
buscando a alguien que se parezca a ti
yo sigo en esa plaza moribunda
sigo en medio de la gente
sola también sola
hay un par de prostitutas al lado mío
dejándose llevar por el viento
también me acompañan tu recuerdo y tu llanto
¿Por qué llorabas?
Tú decidiste terminar con el presente
Yo no quería acostarme con tu recuerdo
Yo no quería hablar sola y llorar por las noches
¿cómo has podido pararte estos días sin morir en el intento?
Claro, tú lo decidiste
Claro, tú ya lo planeabas
Yo sigo en esa banca
Cuando quieras ver lo que queda de mí
Puedes regresar a esa plaza en la que me dejaste
Y buscar a la torpe animal que soy y que he sido
Perdona cada lágrima, disculpa cada súplica
Morir es tal vez lo que me queda
Despedirme de mí es tal vez lo que me falta

Dos
Ésta vez no hay dos
Sólo un canto
Sólo un canto separado de mí
Olvidado por ti





























Aparte de disfuncional, no tengo la capacidad de tener amigos, ¡qué vida! Los únicos amigos que tengo son mis perros y se ríen de eso.

Sigo acariciando tu nombre escrito con humo en la pared.
************************************************
Cuadro dos acto dos
Track diecinueve
Siete veintiocho de la noche
Dieciocho grados
Ciento veinte kilómetros por hora, direccional prendida,
Una mujer cantando la noche está presente y la soledad llega
El sonido de la carretera se escucha
El vacío se siente de nuevo


Llueven pipas manzanas piedras sombreros
Tú ya no eres tú son otras cosas en tu rostro
Tú ya no eres tú tú eres mil cosas menos tu

Cómo voy a olvidarte si Herman Hesse y Dante te nombran.
Si Albert Camus te retrata y Homero Aridjis te canta.
Cómo olvidarte si estás en todas partes.

La noche está el sol está la gente duerme y yo camino

Segundo acto. Primer cuadro.
Un hospital discusión entre un moribundo y su madre hay disculpas recuerdos llanto sábanas blancas suero en gotas tubos de plástico a la derecha la muerte de momento llega música de Albeniz en aumento
Oscuro
Telón.


Cuadro tres.
Una avenida repleta de coches, amarillo rojo atraviesan la calle desconocidos uno de ellos escupe a la nada una mira abajo tropieza otro más sigue otro más deprimido y aislado todos llegan hacia el otro lado, verde siguen los carros en primera segunda tercera.


Acto dos
nubes moradas sol cayendo un filo dorado abarca las nubes esparcidas por el cielo azul una carretera casi desierta viene una vuelta y otra y otra más y poco y más y llego a ninguna parte ciento veinte kilómetros por hora el cielo se enrojece ahora las nubes son casi grises casi desaparecen y la noche llega.

****************************

Mis sueños están en una jaula a punto de salir
pero son ranas
arboles
pájaros llenos de nubes
mujeres con rostro hecho cuerpo
pipas que no son pipas
inocencias interrumpidas
caras enormes frente a palacios
noches con soles a media tarde
alebrijes hechos cuentos
humo de narguiles
platicas entre cafés late sin nombre
libros escondidos
caminatas interminables
miradas cautivas.

*************************************+++

Hablar del cielo estrellado es inútil,
todo mundo se lo imagina y además es un lugar común,
pero bajo el cielo estrellado estoy pensándote.


Acto uno
Nubes moradas
Sol cayendo
Un filo dorado abarca las nubes
esparcidas por el cielo azul
Una carretera casi desierta
Viene una vuelta y otra y otra más
hacia la nada



























Te recuerdo caminando por la plaza asombrada por las mariposas posándose en tu sombrero
Te recuerdo en una fuente sentada contemplando el movimiento del otoño sobre el agua.
Te recuerdo debajo de la lluvia con tus zapatos azules de terciopelo.
Te recuerdo con una sonrisa tierna debajo de la noche azul turquesa
Te recuerdo llorando a media tarde sin querer salir de casa.
Te recuerdo entre mis brazos deslizándote por las noches inmensas.
Te recuerdo tararear una canción no aprendida.
Te recuerdo detrás de los cristales con tu ropa nueva haciendo ademanes ficticios
Te recuerdo impartiendo clases y repetir la frase el arte por el arte.
Te recuerdo observando la luna desde tu ventana y asombrada por los libros de da Vinci construyendo máquinas y aviones
Te recuerdo cuando un orgasmo te sorprendía en medio de la madrugada en un hotel cualquiera
Te recuerdo desnuda frente a mí mientras yo te descubría sobre la oscuridad de la noche, mientras te besaba tierna y ferozmente.
Cómo decirte que te extraño si has desaparecido,
Si ya nadie me dice nada de ti.
Te recuerdo a cada paso que doy por estas calles solitarias y andadas contigo de la mano.
Te recuerdo siempre que encuentro una bebida fría y unos zapatos azules, una falda a cuadros, un libro de pintura, cada vez que escucho la escuela de Bauhaus.
Te recuerdo en un balcón sobre Madero descubriendo la ciudad.
Te recuerdo en Zamora observando la vejez de las paredes y pintándolas en tu memoria llena de imágenes.
Te recuerdo en Buenos Aires despertando junto con el alba y revelando los lugares, uno a uno.
Recuerdo tus pinturas y tus manos largas y blancas con anillos que sólo a ti te quedan bien.
Recuerdo cada palabra dicha por tu cuerpo, aquella tarde en la que decidiste volar como un pajarillo asustado por la luz del dragón llamado vida.
Recuerdo la banca en la que te espero de ve en vez esperando tu regreso.
Recuerdo tu cama destendida humillada por nosotras.
Recuerdo tu cuarto gris y solitario, lleno de libros y de lámparas sin servir esperanzadas por ser arregladas.
Recuerdo tu sazón con destellos de Zamora y Michoacán.
Recuerdo tus recuerdos mencionados entre líneas y licores.
Recuerdo la calle de Regina pisada por tus piernas largas y tu figura esbelta.
Recuerdo el mezcal saboreado por mis labios que nunca tomé a tu lado.
Recuerdo las librerías bebidas por tus ojos incansables de conocimiento.
Recuerdo tu voz, como lo primero escuchado en la mañana.
¿Me recuerdas a mí, la Lola loca que sigue solitaria, celosa e inoportuna?
¿Me recuerdas diciendo citas incesantes en medio de la Alameda?
¿Me recuerdas con mis ojos de borrego por la mañana?
¿Me recuerdas con mi porte desgastado y sin aliento?
¿Me recuerdas por las noches al borde de tu calle?
¿Me recuerdas llena de poesía y enferma de literatura?
¿Me recuerdas enferma de tristeza y llena de palabras?
¿Me recuerdas acaso ahora dentro de tu libertad elegida?
¿Me recuerdas acaso ahora si están con alguien por las noches?

Sale sangre por debajo de las puertas
Corro con premura por el bosque
Escucho a las ardillas desorientadas
Huele a tierra mojada y a madera húmeda
Huele a polen
Sale sangre por debajo de las puertas
Sigo corriendo
No puedo
Camino inhalo exhalo
Pienso en ti
Los recuerdos vienen
El llanto comienza sin parar
Las ardillas olisquean
Comen nueces sin permiso
Yo sólo te escribo en la memoria
¿Para qué?



































MEDUSA

PRIMER SERPIENTE
Huelo el cuello de medusa
Huelo a bosque
Huele a lluvia
Huele a sangre
Veo a sangre
Veo sus manos que son de mimbre
Veo sus ojos que son de piedra
Siento su sexo helado como rio
Saboreo su piel llena de tierra y de cantera
Palpo sus dientes filosos de hierro.

SERPIENTE DOS

Me gusta cantar al ruiseñor eterno
Escucho los lamentos de medusa
Escucho al mar luchando con sus olas
La arena nos carcome la comisura de los labios
Cambiamos de piel como de ideas
Nuestra lengua sale y entra para degustar el futuro
Nuestros ojos son iris cóncavos llenos de sangre
Nuestros pies ya no existen porque se han convertido en piedra
El reflejo de nosotras en el río provoca la muerte

SERPIENTE TRES

Yo soy la demente
La loca
La que lee
La que escucha música e imagina su muerte
Yo soy la que no entra en la boca de Medusa
Yo soy la que ve más allá de todas las lenguas posibles
Yo soy la que grita libertad y justicia
La que admira la noche en medio del llanto
La que sonríe ante los gusanos que asoman su vida entre los árboles
La que sueña con realidades y ocasos
La que observa detrás de los sueños
Soy la de piedra, la única que no necesita verse al espejo para morir
No existo para nadie
No me relaciono
Muero como todas y lo sé y lo hablo y lo grito
Murmuro en los oídos de Dios sobre el diablo
Hablo de Ma. Magdalena y duermo con ella
No soy la virgen que asume su cárcel
No soy Jesús ante la cruz
Soy el bandido crucificado
Soy la puta gorda del bar olvidado
Soy la deforme en medio de normalidades
Soy la real la que vive
La deprimente
La enferma y la enfermedad
Soy la que no deja que medusa camine
Soy ella, soy tú, soy la otra y la otra y la otra más
Soy todas en una
Soy camaleón contagiado de sida
Soy el narcótico que no sirve
Soy el sueño que derrumba

SERPIENTE TRES

Soy la que hace
No esa que dice
No esa que alumbra animales a los nueve meses
No soy la bestia que se deja domesticar
Yo creo la palabra y le ordeno cómo decir las cosas sutilmente
Yo creo en un dios vivo
No el de la cruz humillado y flagelado
No en el mortal que resucita tres días después debajo de una piedra
Creo en el Dios creador de todo lo visible e invisible

SERPIENTE CUATRO

Soy ciega
Sólo palpo con la lengua
Siento el tiempo con el cuerpo erguido
Siento los rasgos de medusa con la piel cambiante
Observo con el cuerpo lánguido la metáfora de la piedra
Escucho el silencio
Más y más silencio
Lo escucho
Lo palpo
Me atormenta

SERPIENTE CINCO

Soy la quinta
Soy la que se embelesa con el canto de la golondrina cansada
Soy la que siempre se ríe de frente y sin escrúpulos
Muestro los dientes podridos y verdes
Como ratas podridas aderezadas de hipocresía
Soy la que ríe como hiena en plena selva
Soy la de ayer la de hoy
Soy tú frente al espejo
Soy tú en tus sueños
Soy un animal de tres cabezas y de cien ojos

SERPIENTE SEIS

Soy pariente de medusa
Soy tu madre la que abandona a su hijo después de la muerte
Soy tu padre el que se va con otra a media noche
Soy alcohol simple
Soy alcohol fino
Soy canabis dentro de un cigarrillo
dispuesto a ser fumado
Soy la muerte disfrazada de un mendigo
Soy el vagabundo con diez perros a su lado
Nada me hiere
Nada me entristece
Nada me humilla
Soy droga
Soy pastilla
Soy prozac
Soy todo para el enfermo mental
Soy orgullo y dignidad
Eso que estorba en la realidad
Tres veces yo soy el diablo

SERPIENTE SIETE

Soy el número cabalístico para los romanos
Soy España la conquistadora
Soy México el violado eterno
Soy la cruz llena de sangre
Soy el poeta maldito
Soy el moribundo atormentado
Soy la puta vieja que cobra 10 céntimos
por coger con un animal
Soy la plaga que derrumba los castillos de arena
No tengas miedo
te doy con una cuchara de mi veneno preferido
Soy el animal rabioso y abandonado

SERPIENTE OCHO

Soy la sonrisa de la brisa
Soy un beso efímero
Soy el amor indescifrable
Soy el agua de Venecia
Soy una góndola vacía
Soy el Universo lleno de miedo
Tú no eres más que mi vasallo
Soy el perdón ilimitado
Tú no eres más que nostalgia atormentada
Tú no eres más que miedo infinito
Yo soy un ángel expulsado
Soy un animal en cuatro patas
Soy el enigma del hombre
Soy Edipo lleno de su madre

SERPIENTE NUEVE

Soy una espina que desgarra
Pierdo el amor de mil mujeres
Pierdo la mirada de medusa
Pierdo sus labios rojos y sus manos tersas
Soy Lola llorando por su amante
Soy el nombre de tus cabellos rojizos
Soy el gusano podrido de la manzana vieja

SERPIENTE DIEZ

Soy silencio
Soy ola aguerrida
Soy más silencio
Soy grito después del silencio
Soy murmullo después del grito silencioso
Soy mueca después de la nada

SERPIENTE ONCE

Me acerco a Medusa
Me acerco a ti
Nada
Pasa nada
Silencio
Cierro los ojos y nada
Pasa nada
Doy un paso adelante y sigue siendo nada
Más silencio

SERPIENTE DOCE

Medusa me acaricia
Medusa me llama
Medusa me propone hacer el amor al caer el sol
Medusa me silencia con una mirada enajenante
Medusa medusa medusa

SERPIENTE TRECE

Ella lo es todo
Ella nos vigila
Ella nos mueve
Ella nos habla

TODAS LAS SERPIENTES AL UNÍSONO

Todas nos vemos en el reflejo de un espejo cualquiera
Él nos lo presenta y todas al mismo
tiempo en piedra nos convertimos
Medusa muere
Medusa cae
Nosotras perplejas nos quedamos
Ya no existimos
En ti
Sólo en recuerdos
Somos fugaces y libres
Nos vamos a la nada
Y regresa el silencio y el mar y el azul y la sal

MEDUSA

Soy Medusa la efigie inversa
Soy Medusa la de piedra
la fría
la que controla
la que ordena
Eva
la costilla de la vida
la inmortal
la perpetua
la hiedra
Soy la muerte
Soy Medusa la codiciosa
la mezquina

EL FIN DE MEDUSA

El espejo fue mi muerte
Yo misma fui mi muerte
Mi reflejo fue mi muerte
Yo misma fui mi muerte
Soy y seré Medusa la de piedra
Ahora soy inerte pero perenne











I

Está un obús lleno de gente
Está una flor marchita con un pájaro muerto
Está una cruz silenciosa detrás de mí
Está un moro muerto en mi cama

II

Recuerdo la nostalgia invadida de paisajes
Recuerdo a Ma. Magdalena llorando por su amante
Recuerdo los azules inmensos de Verona
Recuerdo las cruces de España
llorando la muerte del señor inválido
Recuerdo a una mujer con flores marchitas en las manos

Los árboles atrapan a los pájaros que los visitan
María se levanta, camina, duerme y desaparece
Las hojas están dentro del estanque inmóviles

III

El azul del mar se mueve una y otra y otra y otra vez
Las cruces llenas de muerte desaparecen
Un revolver me apunta, me señala y se prepara para disparar
Tú me juzgas con el dedo índice

IV

Ella muere sin mí en Venecia
Ella ríe sin mí en el ocaso del día
Ella dice palabras de amor a una persona que no soy yo
Ella elabora dibujos en un cuaderno lleno de sombras
Ella camina sola y libre
Ella habla de arte como de su vida

V

Tres hojas parpadean en una fuente
El tiempo se detiene mientras tú me besas
El tiempo es lento si tu ausencia me abraza
La guerra del oleaje me recuerda tu nombre
Tres hojas parpadean en una fuente
La nostalgia te piensa siempre

VI

Ellos me visitan y las voces regresan
Ellos se esconden mientras duermo
María María María María
es la madre de mi madre
Ana es la abuela de mi madre
y de todas ellas tengo el nombre
y la locura y la soledad

VII

Soy Perséfone con amores inconclusos
Soy Medusa con mil caras
Soy Helena la que provoca guerras
Soy Electra la caprichosa
Soy Edipo el dependiente y lleno de culpa
Soy Frida la que sufre
Soy Sor Juana la enamorada
Soy Rosario la guerrera
Soy los girasoles de Van Gogh
inmersos en el infinito
Soy una piedra enfrascada
Soy un caracol en medio de la arena
Soy un cigarro que se esfuma
Soy un alebrije de mil colores
Soy un León enfurecido
Soy el Quijote lleno de locura
Soy una mantenida sin sueños
Soy una raíz que abraza el agua

VIII

Una enredadera cubre mi ventana
Una vela alumbra mi escritura
Cuatro fieras me custodian cada noche
Una mujer me observa todos los días
Un espejismo me cautiva
La piedad me abraza
Cuba me espera
Los ríos de Gerona me enamoran
Las ciudades Medievales me seducen
Los fiordos me observan al amanecer
La Patagonia me saluda
Estoy en el fin del mundo
y este no termina









Lunes 1º de agosto

Qué estúpida idea ésta de comenzar un diario un lunes primero de mes. Jamás he llevado un diario en forma, espero lograrlo. Últimamente le he temido a la gente, de repente tiemblo sin parar y siento una presión en el pecho que no me deja, que no se esfuma hasta que exploto en llanto silencioso o en berridos lastimeros.
No sé qué pasa, alguien me dijo que eran ideas reverberantes y que debía hacer hasta lo imposible por no permitirles apoderarse de mí en momentos endebles como éste.
Comienza el miedo, tiemblo y ya no puedo seguir éste estúpido diario que inicio un lunes primero de mes.
Primero de agosto, es mi cumpleaños.

Martes 2 de agosto

Ayer fue un día difícil, me paralicé. Los temblores vienen de la nada y el miedo inexplicable, al menos inexplicable por ahora, llega sin pedir permiso y dispuesto a llenarme de pánico para que no pueda moverme.
He pensado en ella y en el deseo inmenso que provoca el sólo pensar en su delicada desnudez y en esa ternura que provocaba en momentos de intensa pasión.
Continuaré el resto del día pensando en ella, el resto de este mediocre día que me permito ahora.

Miércoles 3 de agosto.

Los partidos políticos están partidos y parten a todos. Nos parten la madre. Comienzo con ésta sentencia un miércoles, día que debí empezar mi famoso diario que va a ninguna parte. Siempre dicen que todos tenemos algo qué decir, se han equivocado conmigo. No puedo más que hablar de ella, no dejo de pensarla ni de nombrarla a las seis de la tarde, hora en que el atardecer me invita a la nostalgia, hora en que las nubes, y temo sonar terriblemente cursi, pero a esa hora, ¿se han fijado? El contorno de las nubes es amarillo y el sol se esconde tímidamente detrás de las figuras de algodón perfectamente elaboradas, como si fueran dibujos de cuentos para niños. No debo decir nombres en éstos escritos que son privados y me obligan a convertirlos en públicos, porque últimamente no he tenido nada que decir, por ello publicaré este intento de diario.
Sigo pensando en ella, me provoca su simple recuerdo, no quiero pensar en lo que me provocaría sentirla de frente, percibir de nuevo su aliento detrás de mi nuca o su fingido asombro de tenerme tan cerca como para darme un beso.

Jueves 4 de agosto

Me despierto con el miedo encima y el temblor de nuevo me toma de sorpresa, me asombra detrás de mí cuando por equivocación me observo en el espejo intentando reconocerme, pero una vez más no lo consigo. Tiemblo y lágrimas aparecen como mediocres oficinistas a la hora de comida, por todas partes.
No puedo salir de casa, tenía una cita de trabajo, pero el terrible miedo a la burla de mi estúpido deber ser introyectado, no me permiten ni siquiera asomar las narices a la calle.
Me quedo en casa, me flagelo una vez más para olvidar mi estúpida existencia.

Viernes 5 de agosto

Despierto cansada. El deber ser que tomé de niña del pecho de mi nana, me marcó para siempre. Maldito deber y yugo generacional que siempre encima de mí están. Siento cuchillos atravesados en la espalda que no me permiten un minuto de tranquilidad, duermo para cansarme y despierto para aturdirme y reprenderme. Escribo, es lo que quiero, pero aún no vivo de ello. Eso, precisamente eso, es lo que no me deja, es lo que no me permite todavía poder descansar tranquila. De nuevo viene ella a mí como daga silenciosa para atravesarme deliberadamente el pecho sin compasión, de nuevo su figura silenciosa aparece en una calle repleta de gente que no conozco pero que me nombra desde lejos. No me atrevo a llamarle, me dirá que no puede verme, sabe lo débil que es la carne y lo frágiles que somos las dos ante el deseo. Ella está con alguien y seguramente yo también estoy con alguien, pero el temor no me permite conservar a nadie a mi lado.
Salgo de casa para hacer nada, a perder el tiempo como siempre me decían y me siguen diciendo cada vez que tengo un libro frente a mí.

Sábado 6 de agosto

Por fin, fin de semana, único momento en el que la tranquilidad aparece a mi cama y a mi espalda. Es algo netamente cultural el que los fines de semana nos permitamos perder el tiempo, hacer nada, holgazanear por ahí, caminar sin rumbo fijo, dormir hasta hartarse, ver televisión y dejar neuronas sueltas para pensar en pendejadas. Leo un libro de pocas páginas, nunca he podido leer una novela larga porque mi intranquilidad con el mundo y conmigo no lo han permitido; por eso los libros que logro acabar han sido pequeños, de pocas páginas o letra grande y sobre todo, es fundamental que tengan capítulos cortos para así no desesperarme tan rápido. Qué ideas las mías, o mejor dicho, qué obsesiones las mías que acrecentan mi neurosis y disminuyen mi cordura.


Domingo 7 de agosto

Ya es domingo, mejor día para descansar, para no escribir, para ir a cualquier parte sin remordimiento de hacer nada. Sin embargo, todos los domingos me ha n parecido tristes, sumamente melancólicos y dignos de una tremenda añoranza. Será que de niña los domingos significaban soledad y planes y promesas inconclusas y sueños malogrados. Me dan miedo también los domingos, en México son familiares y eso hiere a quien no tiene familia típica reunida los domingos comiendo carne y asados en el patio.
Es de noche, no quiero dormir, no quiero despertar mañana lunes y de nuevo la desesperación y las exigencias encima de mí para hacer algo de provecho. Le pienso, ahora escribió y dijo que no ha conocido a nadie que volara con ella como lo hicimos juntas. Aún no me atrevo a llamarle.

Lunes 8 de agosto.

Despierto. Abro los ojos y me entero que de nuevo estoy en mi cama cubierta de cobijas sin querer salir. Descubro un deseo innegable de regresar al vientre materno para no tener que pasar por el martirio de ser quien los demás exigen para nombrar.


Miércoles 10 de agosto

Sigo con miedo, existe un hoyo en mi estomago por el terror que provoca salir de cama y enfrentarme a mí, a todos, ver caras de desconocidos y sentir que éstos me juzgan, critican lo que hago y lo que no, cómo me veo. Primer pregunta de la mañana ¿existo?
Nadie contesta esa pregunta, nadie dice algo razonable para que yo siga. Recibo cartas de personas que dicen que soy importante en su vida, cómo puedo serlo si para mí no existo.

Sábado 13 de agosto.
Hace días que no escribo, he llorado como nunca, mis dedos se congelan ante la nada, mis pies se paralizan ante todo; salgo, observo, escucho y regreso a mi guarida como si ésta fuera el vientre materno, no quiero salir de la cama, no quiero pensar en mí, cómo le hago para olvidarme, así como le han hecho mis antiguos amantes para olvidarme. Era un milagro amarla, era un verdadero descubrimiento cada orgasmo nacido de su boca, de sus labios, era un verdadero asombro cuando me decía quedamente que me amaba, cuánto la amaba, cuánto la deseaba.

Martes 16 de agosto
Cuando una suele tener muchos amantes, ellos se convierten en una balsa en la que una se sube para seguir viviendo, porque una termina sobreviviendo y continuamente da bocanadas de silencio y de soledad, porque una está completamente sola a pesar de las personas que están alrededor. Maldita soledad y maldito el verdugo llamado amor. Éste día sólo he amanecido para maldecir mi soledad.

Miércoles 17 de agosto.
Miedo, frío, desesperación, soledad, angustia, ansiedad, esos son los síntomas que provoca la próxima locura que invadirá mi cuerpo. He pedido ayuda y sólo me dicen que un estúpido psicólogo no podrá hacer nada por mí, tienen que medicarme. Aún no lo creo, eso era para locos, es decir, para completamente locos, no para mí. Yo era tan sólo una emulación de escritora pero no de una loca.

Domingo 21 de agosto.
He leído Diarios íntimos de Bodelaire. Cómo quisiera hacer algo parecido, cómo quisiera tener el genio del francés Charles Baudelaire, pero nada, lo único que tengo es una inmensa soledad y una terrible angustia de salir de éste féretro llamado cama. Iré la próxima semana con un psiquiatra. Debo afrontar esta maldita locura que aún no tiene nombre, tal vez, sólo tal vez si alguien le pone un nombre ésta se desvanezca. El sudor en el cuerpo comienza y el insomnio continua, nunca hubiera imagina que el no dormir podría volver loco a cualquiera.

Miércoles 24 de agosto.
Él se llama Carlos, ahora sabe mucho más de mí que cualquiera, le he platicado mi historia, él dice que es algo crónico, que el medicamento será por un largo tiempo, me ha recomendado ir a psicoanálisis. Le he pedido que me quite estos malditos síntomas tan incómodos y le he preguntado si éste miedo se irá en algún momento. Él comentó que por el momento se desvanecerá poco a poco, que será lento el proceso. Me ha dado un poco de tranquilidad, me dio medicamento para dormir, eso será de gran ayuda. Ahora ella escribió me ha preguntado que qué hago los fines de semana y yo he contestado con una estupidez, solamente he dicho que nada, simplemente nada…

Jueves 25 de agosto.
Seguramente será la mujer que no tendré.

Sábado 27 de agosto.
Ahora tengo mil marionetas entre mis dedos y tengo tanto miedo de moverlos.

Martes 30 de agosto.
¡Qué rápido se pasan las semanas cuando una duerme! Qué inútil se vuelve una con esta locura encima.
Este maldito diario seguramente me llevará a nada, como todo lo que hago. ¡Un diario! Debí saber que no podría. ¿Por qué lo empecé?...







































DALÍ Y BUÑUEL JUNTOS SON ESPANTO

Un círculo avanza, un círculo circula, un círculo da vueltas, un círculo, un círculo, un círculo. Un violín se queja, un oboe llora, un saxofón lleno de pánico muere, un círculo avanza, un círculo se difumina, un círculo, un círculo, un círculo, círculo, círculo, laberinto, la nada, la locura, la nada, el pánico, la vida, el violín enloquece, triste onda por el mundo. Auxilio dice el moribundo, nadie lo ayuda, nadie lo escucha, nadie lo ve, todos somos uno y uno es nadie entre todos. Pisemos al muerto, matemos al muerto. Círculos, más vueltas, más nada, más locura, más intensidad, más espiral, infinito espiral. La habana es un espiral, México es un espiral, la línea es más grande, todo sigue, nada queda.
1926

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Juguemos a los dados, apostemos nuestra vida, lleguemos a París, los dados nos guían. Ellos tiran de la suerte, ellos manejan la vida, el monte de blue es un castillo. Aniquilemos el espacio, vayamos a la nada, lleguemos a tocar el pánico de la vida. Corre Jesús, corre María, corre Magdalena por Magdala para tocar la estatua de Elfos de Dalí llorando a Gala.
Una construcción moderna abarca todo, lo llano, lo vil, lo desploma el mar, todo esto no existe, es sólo jugar con el sentido, hablar sin detener, estridente el sonido del ayer, llega el saxofón y lo vuelve blues. Una cámara indecisa atraviesa la casa, una mujer desnuda atraviesa la habitación, la sala es antigua, las casas son abandonadas, la cámara sigue, nunca se detiene, el violín sigue, jamás deja de llorar, de gritar, nada es silencio. Los secretos de la pintura callan. Una reja y otra y otra y puede llegar otra y así hasta nunca acabar. Llega la noche, la mañana sorprende, sigamos pues jugando a los dados. La vida nos espera.

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SOMBRAS

Hago malabares bajo el agua.
Me cepillo sobre el agua.
Sigue la sombra porque eres tú mismo.
Copia sus acciones porque ella te llevará al infinito.

Ella camina
Yo camino
Avanza
Avanzo
No se detiene
No me detengo
Huele una flor por la noche de luna llena
Huelo una flor por la noche de luna llena
Llueve
Se moja
Me moja
Camina bajo la lluvia
Camino bajo la lluvia
La sombra
Yo
Avanza
Avanzamos
Cuenta los pasos
Cuento los pasos
No pisa líneas en el suelo
No piso líneas en el suelo
Llora
Lloro
Ella es ella y es así
Yo soy yo y soy así
Ella es sombra y yo soy así
Ella es sombra y yo soy así
Nada más
Sólo ella y yo
En la noche
En el día
En la tarde
Ella y yo caminando al unísono
No hay ruido sólo hay silencio
Hay autos, hay camiones
Obuses, tranvías, manchas envenenadas
Moribundas.
Ella camina, no me sigue
Ella va para un lado, yo para el otro.
No somos lo mismo
No somos lo mismo

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Un cuerpo de mujer a contra luz se mueve
Seduce
Acribilla
Vomita sensualidad y calidez.
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Un sombrero y una sonrisa se encuentran, algo gira, ella se columpia, él se acerca, ellos se miran, ella sonríe, él se acerca, ella se columpia, él se acerca, ella va viene, él sonríe, ella va viene, es estridente el sonido mientras ellos se miran, ella va viene, él se acerca, él sonríe, el sombrero se acerca, ella va viene, él la detiene, ella sonríe, él la besa, ella sonríe, él se detiene, ella lo besa, él calla, él va viene, los dos sonríen, ellos se besan.

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I
La guitarra melodiosa canta,
El círculo melodioso da vueltas,
El saxofón interrumpe,
La boca regresa,
Una mujer sube,
Ella regresa,
Ella me piensa,
Ella huye,
Yo melodiosamente muero.

II
Una vagina humedecida espera
Una boca muerde
Ella espera
Es muchas
Se multiplica
Círculo
Cuadrado
Triángulo
Circulo
Cuadrado
Triángulo
Un ojo se cierra
Llora
Desmiente
Espera
Muere

III
Unas medias acarician sus piernas
Un liguero se asegura
Un bombín aparece
Un zapato bicolor estrangula
Ella se asusta
Ella grita
Ella calla
Todo se multiplica
Un amuleto aparece
¿Ella regresa?
No
Ella muere

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Nacen hormigas de mi mano
La angustia crece
Mi sexo son hormigas
La cara de mi madre aparece
Pinto la cara de Gala
Ella me enamora
Ella se convirtió en mi sombra
Ella lo fue todo
Ella fue parte de mi muerte.