viernes, 5 de febrero de 2010

Quiero pensar en tus largas piernas
y en tus largos brazos rodeando mi cintura.

Quiero pensar en tus piernas abriéndose
para mis sentidos mientras
me hundo en el abismo de tus senos.

Quiero pensar en tu sonrisa camaleónica,
en tu mirada excitante,
en tus manos tomando mi cara
para ahorcarme con tu lengua
y arrancarme las entrañas
con tus blancos dientes.

que tú eres mi demonio.
que tus piernas son lazos que me presionan
y tus brazos son cuerdas que se estiran
para que me entrelace entre tu cuerpo
y mimetice mi lengua con la tuya por medio de fuego.

, mi mar calmando las brasas de mi boca.
mi infinito amor.
mi calma, mi remanso de paz.
, mi ángel malvado.
, mi Satanás de blancas alas.
, mi Lucifer de dientes puntiagudos
para marcar mi llano cuerpo.
, mi diablo, Mefistófeles traído
del infierno para morderme el cuello,
abrirme las piernas y gritar mi nombre.
, imagen perversa que presiente mi llegada a media noche.
qué hacer contigo alma infernal que me enamora.

Una vez más en la cama tú y yo.
Tus brazos recogiendo los míos de la tierra.
Tus piernas entrelazándose con las mías en el aire.
Tu boca mordiendo la mía.
Tus dientes diciendo mi nombre.
Tu susurro suspirando en mi oído.
Tu sexo uniéndose al mío.
Nuestras almas contemplando el caer de la tarde.

La noche cayendo en tu espalda.
La luna subiendo por tus nalgas.
La lámpara descubriendo tu sexo en medio de tus piernas.
Tus ropas cayendo al suelo.
Tu nombre subiendo por el techo.
Tus caricias en mi espalda.
Tus besos en mi cuello.
Tu desnudez llena el vacío de mi cuarto lleno de cielo y sin paracaídas.
Tu música inunda mis sentidos.
El olvido se hace presente,
la nada llega y sólo se encuentra tu piel y la mía.

Tu lengua me enmudece.
Tus ojos me hipnotizan.
Las palabras de amor caen lentamente sin decirlas.
Tu cara vuelve hacia la nada cuando digo tu nombre con cariño.
El amor deambula.
Tus pies salen corriendo al hablarles de amor.
Tu ombligo se esconde de mi boca.
Tu sonrisa se confunde con la mía.

Soy la voz que grita cuando la miras.
Soy de papel cuando me acaricias.
Soy de cristal cuando me besas.
Soy de mar cuando me haces tuya.
Soy río cuando me observas,
y cuando acaricias mi cara soy cascada yendo hacia ningún lugar.

Nuestros cuerpos hablan de nuevo al estar juntos,
la nada se esfuma y los traidores callan.

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