CON MARCAS EN EL CUELLO HE NACIDO.
Cocido tengo el sombrero de Chabelo
y las pinturas de Van Gogh ahora
están en el suelo. Silencio estrellado, intemperie
absurda me abruma de repente, soy dueña
del ímpetu casual y no quiero ser esclava,
ni ser insinuación mulata.
Soy matrona y daría lo que fuera
por tu sabana blanca, por tu locura rota
y tu viola manchada de sangre nueva.
Jarabe de clavos, pócima dulce para ese dolor
que no sabe hacer otra cosa más que doler,
joder y doler.
martes, 4 de septiembre de 2007
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