domingo, 21 de febrero de 2010

ESCRIBO MIENTRAS TODO ME COME

, mientras el silencio de todos unido con su ruido me zambulle en la inmensidad de la tristeza. Quiero largarme, lo he dicho ya mucho, quiero largarme de mí para encontrarme de lleno con la locura.

Nada, sigue sin pasar nada.

Nada de doble negación dicen escritores de renombre.

Pero me niego una y otra vez, me afirmo y vuelvo a negarme, así de patético es mi círculo vicioso.

Cómo estás siempre la estúpida pregunta, bien, chinga a tu madre y tú. Jamás estoy bien carajo, para qué la puta pregunta de siempre… nunca, por más que sonría mi felicidad será verdadera, siempre hay un engaño detrás de todo eso. No puedo ser feliz como los demás, por qué, simplemente porqué no puedo reír de cualquier pendejada como todos.

Anda, no te enfrasques en tus problemas, dicen eso, pendejada tras pendejada, si realmente supieran lo que pienso se irían de mi lado, me odiarían como yo les odio. Eso me dijo una amiga hace tiempo y jamás la entendí hasta ahora.

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