lugar de agua caliente
Llegar a Atotonilco es como llegar a Comala en busca del padre perdido casi inexistente. A tan sólo veinte minutos de San Miguel de Allende sobre la carretera hacia Dolores Hidalgo se encuentra el Santuario de Atotonilco construido en el siglo XVIII dedicado a Jesús de Nazaret. De éste recinto el cura Miguel Hidalgo tomó el estandarte de la Virgen de Guadalupe con el que abanderó sus ejércitos. Cuando se entra a dicho Santuario es inevitable conmoverse ante la arquitectura barroca, los frescos plasmados por doquier y los versos escritos en los mismos, hechos por el fundador del Santuario en 1748, Luis Felipe Neri de Alfaro. Lo que más impresiona de esta iglesia o para ser exactos, de este conjunto de iglesias, porque se forma de siete capillas y seis camarines, es la pintura del artista sanmiguelense, Antonio Martínez Pocasangre. El claustro se utiliza actualmente como centro de retiro espiritual y peregrinación de los fieles. A un escaso kilómetro del Santuario hay un manantial de aguas térmicas, cuyas propiedades curativas eran estimadas desde la época prehispánica, motivo que contribuyó a la construcción del templo que suplantara las costumbres. En definitiva su entorno semidesértico evoca al retiro, a la contemplación, meditación y a la búsqueda del yo interno.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
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